martes, 27 de marzo de 2012

Engordando al dinosaurio

Tomando como modelos las actividades "El despertar del dinosaurio" de Ángeles Valle, y "A engordar el sujeto y el predicado", del libro El nuevo Escriturón de Maité Alvarado, Gustavo Bombini, Daniel Feldman y Istvan, y con la finalidad de ilustrar cuáles son los distintos tipos de oraciones (yuxtapuestas, coordinadas, subordinadas), los niños tienen que hacer un texto más extenso a partir del cuento "El dinosaurio", de Augusto Monterroso ("Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí"). He aquí los resultados:
  • Y en esa mañana tan soleada, en esa época tan antigua donde había muchos volcanes, árboles más altos que un rascacielos. Antes de la sociedad, donde había dinosaurios de distintos colores, tamaños y gustos diferentes. Cuando uno de ellos despertó, después de varias horas, acostado debajo de un gran árbol frondoso, verde, tan grueso y lleno de vida, curiosamente, todavía estaba allí. (Ana Karen Esparza Cuevas).
  • Y cuando despertó el cazador, un día soleado por la mañana se decidió ir por una buena comida. Quiso cazar  a un dinosaurio, sacó un mazo y salió. Vio muchos, pero muy pequeños y pensó que con un pequeño dinosaurio no iba a satisfacer su hambre feroz, por lo cual buscó a uno más grande, y a la rivera del río vio a un T-rex y le dio un batazo. Al ver que no le dolía, regresó por algo más duro. Cuando volvió, el dinosaurio ya no estaba, lo buscó y lo buscó, hasta que lo halló detrás de unas hojas. Cuando lo golpeó, el dinosaurio lo empezó a perseguir hasta que el cazador volvió a su cueva, y se durmió cuando despertó, el dinosaurio seguía allí. (José Emanuel Quiñones).
  • Un día soleado y lindo fui a Jurassic Park, accidentalmente me metí en la jaula de los dinosaurios, naturalmente compuesta por el resto de la isla, entonces, se cerró la puerta. De repente, se apagaron las luces... me desmayé. Desperté arriba de un árbol, me bajé del árbol e intenté abrir la jaula, y cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí, me escondí entre los arbustos. Luego vi al dinosaurio, era grande, caminaba en dos pies, era de color rojo, tenía garras enormes y brazos chiquitos. Cuando vi su rostro, vi que era un T-rex, entonces se accionó una palanca con carne para los dinosaurios carnívoros. Entonces se abrió la puerta, me salí corriendo y cerré la puerta. Al salir busqué a mis padres y les conté lo que me pasó. (Omar Fernando Navarro Muro).
  • Y aquel día, donde Juan pensó que era perfecto, despertó de su largo sueño y para su sorpresa aún estaba ese dinosaurio extraño con color verde, con manchas amarillas. Antes de eso, venía de India para encontrar al extraño pájaro en peligro de extinción. Comenzó su búsqueda en la isla del Caribe, donde ahí no sabría que se encontraría en una isla perdida a través del tiempo. Mientras él buscaba al ave, se encontró con plantas carnívoras, dragones, castillos e incluso un criadero de dinosaurios. Él decidió llevar un huevo para su país. A los pocos minutos, él pensó que del huevo tardaría mucho tiempo en salir del cascarón ese extraño dinosaurio. En la noche encontró a un dinosaurio verde con manchas amarillas muy furioso. A la mañana siguiente, cuando despertó, se repitió la primera anécdota. (María Fernanda Pacheco Estrella).
  • Y aquel día nublado y lleno de frío, en un pueblo casi vacío y antiguo, aún no existía el ser humano. Lleno de volcanes furiosos y grandes árboles, altos, anchos y lindos de color verde y nubes tóxicas. Estaban tres chicos, llamados Esteban, Frank y Roy, dormidos por las largas horas de esconderse de un temible dinosaurio. Cuando despertó, Esteban, asustado comenzó a gritar los nombres de Roy y de Frank, hasta que despertaron. La sorpresa fue que el dinosaurio, terrible, rojo con puntitos amarillos y un poco verde, grande y ojos verdosos y muy pequeño y feo, estaba allí, y los empezó a corretear hasta tragarlos. (Paola Andrea).
  • Y cuando despertó, en el desierto de Jabe, pensaba que todo era un sueño y caminó. Se encontró con muchas nubes de algodón de azúcar y adelante de él estaba un enorme volcán, que estaba a punto de estallar, y se dio cuenta de que el dinosaurio todavía estaba allí. Y después el dinosaurio encontró al hombre, y después cuando estaba a punto de atrapar al hombre, el volcán hizo erupción, pero no lanzó lava, sino refresco de cola que se llevó al dinosaurio hasta la Ciudad de México. Luego, cuando le cayó el refresco, lo empezaron a atacar cientos de abejas que le picaron toda la cara y despertó y se dio cuenta que sólo fue un sueño. (Ramses Aníbal Mendoza González).
  • Y aquella mañana nublada, con mucha lava y erupciones, el dinosaurio despertó después de estar tres días inactivo. Lo primero que hizo fue comer, después lanzó lava. Él empezó a volar, voló al cielo y de repente, el dinosaurio desapareció así como así. Yo desperté de mi sueño y vi pasar un bebé y pequeño dinosaurio. Me levanté, me volteé al cielo y vi más de un millón de dinosaurios en el cielo, y pensé ¿qué harán aquí y por qué son un millón? (Josúe Sebastián Luna Contreras).
  • Y aquella bella mañana soleada, la pequeña Dayanna despertó de una espantosa pesadilla, en la cual soñó que un espantoso dinosaurio entraba a su casa. Ella, muy asustada, salió de su casa hacia su lugar más cercano, que era el parque, pero de pronto, había una gran grieta, la cual no podía cruzar, así que decidió arriesgarse y cruzó la grieta y no logró atrevesarla. Así que cayó al gran agujero y de repente, se despertó aterrorizada. (Ana Isabel Puente G.)
  • Y esa mañana tan soleada y tan hermosa, en esa época antigua, llena de animales exóticos, coloridos, grandes, pequeños y feroces. Plantas carnívoras, también pequeñas y grandes, coloridas y exótica. El paisaje tan hermosos, un cielo rojo con nubes anaranjadas y grandes montañas altas con tierra rojíza, árboles enormes, verdes. Despertó admirando el paisaje tan hermoso, y el dinosaurio seguía allí. (Jimena).
  • Y, a la mañana siguiente, en la casa más fantástica del mundo, despertó. Ella, una linda mujercita a la cual le encantaban los dinosaurios, un día por la tarde ella se encontraba junto a un gran árbol. Ahí, justo a la derecha, encontró lo que siempre había buscado: una isla llena de dinosaurios. Sorprendida, llena de gusto y casi llorando por esa enorme sorpresa, se quedó a vivir por siempre. Fin. (Rubí Alejandra Salazar Martínez).
  • Y aquella mañana tan hermosa, tan soleada, en el mundo antiguo, lleno de volcanes y nubes tóxicas, cuando despertó, después de dos siglos tan largos, el dinosaurio muy grande, todavía estaba allí el dinosaurio. También abrió el ojo, lo persiguió y cuando lo atrapó, lo acarició y después se lo comió, dejando sólo sus zapatos. El dinosaurio se fue corriendo con alegría y muy satisfecho con lo que comió. (Héctor).
  • Y ese mismo día, cuando despertó el arqueólogo, vio al dinosaurio, vio que estaba al lado de un volcán activo. Entonces, salió corriendo y corriendo. Después de un rato, se paró y vio que todavía estaba ahí, al lado del volcán. Cuando de pronto, el dinosaurio despertó y el arqueólogo salió corriendo. (Emiliano Campech).
  • En la era prehispánica, cuando tenía trece años, fui a investigar y cuando entré en una caverna y ahí había un dinosaurio. Y pensé que estaba muerto y me acerqué. Y cuando despertó, el dinosaurio vi que tenía un hueso bueno, qué digo hueso, ¡cadaver humano! y aún estaba allí, sin carne, el cráneo desgarrado y todos los huesos desechos. Y el dinosaurio me persiguió y me encontré con un río abajo, con cien metros hacia abajo, hondo. Era muy salvaje y lo brinqué sin ningún problema, y el dinosaurio tampoco lo había perdido y empezó a llover y a granizar, y el dinosaurio entró a una caverna, y yo seguí corriendo, y encontré una manada de ertercopusaurios en la cima de un volcán. Y encontró un tesoro con millones de joyas, y se murió y no se supo de él nunca jamás. (Castor).
  • Y entonces, cuando quería arrancar la rama, despertó y todavía estaba allí su cama. Se dio cuenta de que sólo estaba soñando. Fue decidido aquella mañana para ver si esta vez lo lograría. (Cecilia Betsaida Trejo Domínguez).
  • Y aquella mañana, cuando el dinosaurio despertó, había muchas plantas y un gran paraíso con animales bonitos y árboles altos. (Esaú).
  • Y, a la mañana siguiente, cuando despertó de ese horrible y espantoso sueño, en que el niño era tratado de ser deborado por un escamoso, baboso, horrible, espantoso, verde, de altura de un edificio enorme, con peso de mil toneladas. Dinosaurio que se encontraba en una selva muy verde y oscura, despertó del sueño y el horrible dinosaurio todavía estaba allí. Fue sorprendente, fue como si alguna fuerza misteriosa transportara ese personaje de esa pesadilla a la realidad. (Ángel Sánchez Pacheco).

No hay comentarios:

Publicar un comentario