viernes, 21 de enero de 2011

YA ERES UN GRAN CHICO

YA ERES UN GRAN CHICO
Francis Ford Copola

Ya eres un gran chico es el primer film que  Francis Ford Copola lleva a la pantalla grande en los años sesentas. Su  contenido podría abordarse desde distintos aspectos; no obstante, los que más interesan en esta ocasión se refieren a la correlación entre la idea de madurez que añora el joven Bernard Chanticleer a fin de despertar a la vida adulta y el escenario de la Biblioteca Pública de Nueva York donde se desarrolla parte de la historia. Las dicotomías temáticas que van definiendo la historia  en el film se presentan desde un inicio. Aparece la imagen de una extraordinaria sala de lectura que alberga la biblioteca,  una sala que nos invita a la solemnidad, a la armonía y por supuesto a la gestación del conocimiento,  el espectador se adentra  silenciosamente  al interior de este recinto con apariencia medieval que custodia la sabiduría; sin embargo, esta imagen se ve atropellada por la aparición abrupta de Bárbara Darling, una chica histérica que va a representar a una sociedad artificial y de consumo.

Las escasas imágenes que aparecen  de la Biblioteca exhaltan la grandiosidad del acervo bibliográfico y la disposición de salas de lectura que muestran un poderío norteamericano. La biblioteca deifica la importancia de la cultura en el destino de Norteamérica, no en balde hasta  estos momentos tiene el poderío tecnológico más sorprendente y sofisticado de la historia de la humanidad y esta tecnología es justamente lo que se relaciona y asocia con el término conocimiento.

En la película de Copola la biblioteca además de ser un espacio de extraordinaria belleza,  representa un recinto de culto  al libro,  un detonador  de la acreción cultural, cómplice  de un acelerado desarrollo tecnológico como se muestra en el filme la aparición del pupilente,  vemos, sin embargo, que el joven protagonista jamás logra percibir  que tiene a su alcance inmediato un universo de conocimientos para encontrar su identidad, un patrimonio cultural que podría incidir  extraordinariamente en su educación y formación individual. Así, ni la madre del joven Bernard, una mujer edípica, sobreprotectora y egoísta, y quien es la represión disfrazada de amor, de crianza y educación, así tampoco el padre lujurioso, pese a ser el director de la biblioteca, logran percibir que su hijo pudiera obtener una próspera formación y educación y no únicamente desempeñarse como un mozo deambulante del patinaje que tiene por oficio la transportación del libro, su labor consiste en buscar los libros que solicitan los usuarios  y una vez encontrados los deposita en una máquina transportadora tipo elevador para que al final los libros sean entregados a los destinatarios. La inmadurez de Bernard no le permite  reparar en que esta tarea podría incidir en su desarrollo y sobre todo  beneficiar el tránsito de su adolescencia a los inicios de una juventud madura.

En general,  las preocupaciones de los personajes se perciben  totalmente ajenas a lo que esencialmente les brinda la biblioteca, una incidencia cultural y educativa, sobre todo, como ya se mencionó, en el caso del joven Bernard.

Por otro lado, Copola describe a una sociedad cosificada en donde el mismo  libro como el automóvil rojo convertible, las imágenes de apetito sexual, la muñeca plástica  de Bárbara Darling, el perro, constituyen  un objeto más de consumo,  un artificio imperante para la época.

En la película  podrían destacarse algunos otros elementos o figuras que si bien son imprescindibles para la historia del film no son en esencia paralelos a la importancia de la biblioteca como escenario principal. Está por ejemplo, la aparición de Amy Partlet, una chica empleada de la biblioteca quien está enamorada de Bernard y quien además es seducida por el padre de éste. Amy es, finalmente, quien ofrece un apoyo  incondicional al conflicto de Bernard por alcanzar la madurez. 

Raef del Grado es otro chico empleado de la biblioteca quien induce a Bernard a la experiencia de las drogas y es quien además lo traiciona acostándose con Bárbara Darling, la chica de la cual Bernard está enamorado y con quien no logró satisfacer sus primeras experiencias sexuales.

Bárbara Darling una actriz neurótica  adicta a la fama y al glamour, la moda, la belleza y quien presume experiencia  en el mundo de la seducción no hace más que jugar con la inocencia de Bernard, ella lo reta, lo humilla, lo compara. Su fama logra el éxito cuando al final de la película persigue a éste quien huye con la Biblia de su padre.

La película de Copola se presenta provocadora debido  a que el libro -de acuerdo al filme- no representa el epicentro para el desarrollo de la cultura, como un elemento por excelencia transformador de la sociedad. En este sentido, la estratagema debe ser cómo convertir estos inmuebles en centros educativos culturales y sociales, en espacios  de un verdadero desarrollo integral humano.

La película incita a la reflexión y  preguntar cuál es el verdadero papel de quienes fungimos como bibliotecarios o mediadores de la lectura, del libro y los lectores. El compromiso y  responsabilidad van más allá de la simple atención al usuario o de gozar con inmuebles sofisticados que alberguen un acervo bibliográfico amplio y diverso. Quienes somos responsables de acercar a los lectores a los libros suponemos gozar de una apertura amplia a la cultura de los libros y la lectura, al conocimiento, a la reflexión y el diálogo. Los libros los tenemos a nuestro alcance y representan para nosotros una exquisita fuente de vida. Aprovechémoslos y leámoslos.

María de los Angeles Valle López

Desde dónde plantear los hábitos de lectura, con qué finalidad, desde dónde plantear las competencias lectoras a desarrollar. Qué es eso de la obligación y el gusto de leer. Dónde radica la preocupación de los maestros, de los padres, de la sociedad por los pocos hábitos lectores. Qué es finalmente lo que la lectura nos proporciona, en qué sentido. Qué se pretende con leer. Quiénes leen y quienes no.


María de los Ángeles Valle López
(Texto leído en las XLI Jornadas Mexicanas de Biblioteconomía)

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