Eduardo Campech Miranda[1]
Tal y como se mencionó en otra colaboración, a partir del presente ciclo escolar se evalúa la velocidad de la lectura, categorizada como “estándares de lectura”. Lo anterior se basa en la cuestionable idea de una correlación mecánica entre la velocidad y la comprensión lectoras.
Para comprobar tal postura, hagamos el siguiente ejercicio. El texto que se presenta a continuación está constituido por 166 palabras, incluyendo título y autor. De acuerdo con los estándares, usted deberá leerlo (suponiendo que concluyó o cursó hasta tercer grado de secundaria) en poco más de un minuto. Una vez finalizada la lectura, responda el pequeño cuestionario que encontrará al final.
Breve antología de la literatura universal
Canta, oh diosa, no sólo la cólera de Aquiles sino cómo al principio creó Dios los cielos y la tierra y cómo luego, durante más de mil noches, alguien contó la historia abreviada del hombre, y así supimos que a mitad del andar de la vida, uno despertó una mañana convertido en un enorme insecto, otro probó una magdalena y recuperó de golpe el paraíso de la infancia, otro dudó ante la calavera, otro se proclamó Melibea, otro lloró las prendas mal halladas, otro quedó ciego tras las nupcias, otro soñó despierto y otro nació y murió en un lugar de cuyo nombre no me acuerdo. Y canta, oh diosa, con tu canto general, a la ballena blanca, a la noche oscura, al arpa en el rincón, a los cráneos privilegiados, al olmo seco, a la dulce Rita de los Andes, a las ilusiones perdidas, y al verde viento y a las sirenas y a mí mismo.
Faroni[2]
¿De qué trata el texto?, ¿Cuántas obras literarias están siendo aludidas en el escrito? ¿Quién dudó ante la calavera? ¿Quién cantó a la dulce Rita de los Andes? ¿Quién probó una magdalena?
¿Cuántas respuestas cree que tuvo correctas? Si a la primera pregunta contestó que habla de obras de la literatura y con ellas hace una historia, o que es una historia a partir de obras literarias, o algo por el estilo, puede considerarse como correcta. La segunda respuesta es veintitrés (aunque mi amigo Sergio Bernardo Robles, dice que son veinticuatro). Si tuviera alguna otra cantidad, considérela errónea.
La tercera pregunta tiene como respuesta correcta Hamlet, personaje de la obra del mismo nombre de William Shakespeare (¿Recuerdan el To be or no to be? This is the cuestion). La cuarta, César Vallejo, en su poema “Idilio muerto” (“Qué estará haciendo esta hora mi andina y dulce Rita de junco y capulí…”).
Finalmente, la quinta respuesta correcta es Marcel, personaje de En busca del tiempo perdido de Marcel Proust. Ahora que ya sabe las respuestas acertadas, vuelvo a preguntar, pero de manera diferente ¿Cuántas respuestas tuvo correctas? ¿Leyó el texto en el tiempo sugerido por los estándares? Intente leerlo otra vez, a la velocidad que se ajuste a su comodidad. ¿Qué pasó? ¿Descubrió nuevas pistas, más intertextualidades, referencias? ¿Sigue preguntándose cuáles son las veintitrés obras literarias citadas?
El proceso de comprensión lectora va más allá del mero acto de decodificación, de la velocidad de ésta. Cierto es que el deletrear poco abona a comprender. Sin embargo, el pilar de la comprensión está en la significación y resignificación que el lector hace del texto.
Si tuvo menos de tres aciertos, la recomendación es que lea. A su ritmo, a su velocidad, a sus necesidades. Lea más y entenderá más, lea como le de la gana, pero lea.
[2] Faroni: “Breve antología de la literatura universal”, en Edición de Círculo Cultural Faroni: Quince líneas, España, TusQuest Editores, 1996 (Andanzas), p. 51.
Publicado en "La Gualdra", suplemento cultural de La Jornada Zacatecas, lunes 13 de febrero de 2012.
Publicado en "La Gualdra", suplemento cultural de La Jornada Zacatecas, lunes 13 de febrero de 2012.
Nunca existe una lectura plana; Toda lectura se sostiene en referentes de la propia vida, en conocimientos previos que abarcan todas las posibilidades del mundo de la cultura, en la visión de la realidad que distingue a cada persona. En este sentido cada lector crea su propio ritmo, sin que determinada velocidad se convierta en un requisito que distinga la eficiencia o no de la lectura.
ResponderEliminarA. Torres
Estimado Lalo: otalmente de acuerdo. La lectura plana no existe. Todo individuo lleva consigo un bagage del mundo de la cultura en su sentido más amplio. Conocimientos previos y una visión de la realidad muy propia, de modo que no cualquier lectura es apropiada para cualquier persona pues los referentes son estrictamente personales. En tal virtud, los ritmos lectores también son individualizados y por ende la velocidad no es un requisito generalizado de observancia obligatoria.
ResponderEliminarA. Torres.