Eduardo
Campech Miranda
Conocí, como muchos, la canción de “Las Batallas” en un disco compacto de Café Tacvba. Como a otros tantos que no habíamos leído la novela de José Emilio Pacheco, y como pasa con muchas canciones, me la sabía de memoria pero no la entendía.
Durante una
capacitación de los talleres de Mis Vacaciones en la Biblioteca, Alma Leyrda
Cárdenas nos develó el misterio de la letra de Café Tacvba. Ahí conocí la prosa de Pacheco. Antes había leído
algunos de sus poemas.
Al año siguiente
supe que la actividad la había aprendido de Claudia Gaete Balboa, entrañable
amiga. A Claudia la volví a encontrar en capacitaciones de Salas de Lectura y
en un diplomado ofrecido por iBBY México y años después en un diplomado que se
ofertó en Zacatecas a docentes de Educación Básica. Y fue hasta esta última
ocasión en que compartió cómo había relacionado e ideado el andamiaje de
comprensión lectora con ambos textos.
Nos compartió que
en un viaje en colectivo en el Distrito Federal, escuchó la canción –que ella
misma sabía de memoria- y fue entonces que acababa de leer la novela. Ahí le
llegó la iluminación: esa que se presenta cuando descubrimos
intertextualidades. Fue así como se elaboró una actividad tan exitosa que,
incluso, aparece en los libros de telesecundaria.
Pero más allá de la
aportación de Claudia Gaete a la comprensión lectora, el andamiaje ha
propiciado el acercamiento con la obra de José Emilio Pacheco. Los jóvenes y
los adultos encuentran en ella una historia que propicia las evocaciones y las
relaciones culturales. Recuerdo cómo en una ocasión, realizando la misma
actividad de Gaete, una maestra se saboreó las tortas de nata, cómo la historia
está tan bien construida que brinda la posibilidad de mostrar herramientas de
comprensión lectora, cómo en unas cuantas páginas nos traslada a un México que
sigue siendo el mismo: el de las promesas de equidad, justicia y modernidad.
Pero por otro lado va abriendo paso a la globalización consumista.
Todas esas deudas
sociales Pacheco las señaló en su poesía, he ahí el motivo por el que no amaba
a su patria, y por el cual, ironizaba con una crítica mordaz la reunión de
antiguos compañeros. Por esos sus palabras, con toda autoridad, al entonces
candidato Peña Nieto: “Si no lee, no puede tener lenguaje y sin lenguaje no
puede pensar en los problemas del país. Los límites del lenguaje son los
límites del pensamiento.”
Publicado en "La Gualdra", suplemento cultural de La Jornada Zacatecas, 4 de febrero de 2014.
Imagen: Notimex.
Publicado en "La Gualdra", suplemento cultural de La Jornada Zacatecas, 4 de febrero de 2014.
Imagen: Notimex.
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