domingo, 6 de marzo de 2011

Crónicas desde el mercado III

Esta tercera sesión ha sido distinta. Nos acompaña Margarita Camacho, estudiante de la maestría de Enseñanza de la Lengua Materna, de la Unidad Académica de Letras de la Universidad Autónoma de Zacatecas. Su intención es medir la complejidad léxica de los pequeños. Sin embargo está ocasión hay muy pocos niños, la escuela primaria más cercana al mercado no tuvo clases y eso ha impactado en la asistencia. Nos llama la atención esta situación.

Quienes más llegan, en número no mayor a diez, son los preescolares, siete para ser preciso. De primaria tenemos ocho niños. Nos damos cuenta que el hecho de exponer los libros es un gancho que ahora no tenemos. Sólo llevamos los libros con lo que íbamos a trabajar. Las escaleras están limpias como nos prometió una señora la semana anterior. Ahí los reunimos y para hacer tiempo en lo que llegan más niños, comienzo a narrar El Grúfalo. Antes, José Luis realizó una actividad de integración. Los niños piden jugar físicamente además de las lecturas y dibujar. Poco a poco iremos trabajando la escritura también, además de otras formas de circulación de la palabra, y que sean tan demandadas como las actividades citadas primero.

Margarita trabaja con los niños de primaria y les pide que escriban la experiencia de uno de los paseos que han realizado. Los preescolares dibujan al Grufaló. Antes de la narración se les preguntó ¿qué les daba miedo? las respuestas fueron desde la llorona hasta el chupacabras, pasando por Chucky. Pancho, el niño del chupón de la primera sesión, se volvió a integrar. Cuando terminó su trabajo y le decíamos que se lo llevara, no quiso porque su mamá "lo regaña si llega con un papel".

Al final, piden jugar al lobo y así lo hace José Luis. Nos vamos, pero ahora con un sabor un tanto frustrante. Cada uno reflexiona en qué sucedió esta vez y cómo podemos solucionarlo.


No hay comentarios:

Publicar un comentario