miércoles, 20 de mayo de 2015

Figuras retóricas

Las figuras retóricas es de esos contenidos en que el estudiantado apuesta por la memorización, atrofiando con ello la posibilidad de apreciar la belleza del lenguaje. Un mecanismo nemotécnico es repetir la metodología para aprender las tablas de multiplicar, sin embargo, a diferencia de éstas, las figuras retóricas no siguen un orden lógico. A lo sumo se podrán ordenar alfabéticamente. La propuesta es la siguiente: un juego de memorama, pero de figuras retóricas.
En tarjetas del tamaño de una ficha bibliográfica (puedes elaborarlas con tus propias manos a partir de un pliego de cartulina blanca), escribe el nombre de la figura retórica y su descripción, procurando que el primero resalte sobre el texto. Ambos elementos deberán corresponder a una figura por tarjeta. Por otra parte, debes realizar otra tarjeta donde se muestre un ejemplo de la figura en cuestión. Así, por ejemplo, en la primera tarjeta tendremos:


hipérbole: Figura que consiste en exagerar.

 Mientras que en la segunda:



“Que por doler, me duele hasta el aliento.” (Miguel Hernández: “Las nanas de la cebolla”).




Es importante que el ejemplo de la figura establezca de cuál obra fue tomado, así como su autor. No sería extraño que esas palabras hicieran eco en algún alumno, con lo cual ya le estamos dando un punto de apoyo para acercarse a la lectura.
Acto seguido es jugar. A partir de las definiciones los chicos –quienes serán los mismos jueces- decidirán si los pares corresponden o no. El mediador sólo observará y orientará a través de preguntas: ¿por qué crees que ese fragmento es una aliteración? El juego acepta hasta diez participantes para que no sea mucha la espera de los turnos. Si tu grupo es muy numeroso, aconsejo elaborar varios ejemplares de tarjetas.
Posteriormente, preséntales el poema “Elegía” de Miguel Hernández. En él encontrarán muchas figuras retóricas, invítalos a que las localicen. Con esta actividad percibirán el uso concreto del contenido aprendido y disfrutarán de la poesía y el lenguaje. Si es necesario, apóyalos con preguntas para que ellos mismos estructuren sus interpretaciones, siempre argumentando.
Sin embargo sería un desperdicio dejar la actividad aquí. Como una extensión de la misma, y teniendo como meta la escritura creativa, solicita que lleven por escrito la letra de la canción, en español, que más les guste. Invítalos a que descubran si en ellas hay figuras retóricas. ¿No?, entonces lleva algunos ejemplos. Trata que sean canciones populares, que las conozcan, que no les sean ajenas.
Por último: ¡hagamos figuras retóricas! Para esta etapa es conveniente que te apoyes en un texto breve pero completo, por ello sugiero que uses el haikú. Los ejemplos que vienen a continuación derivan del haikú “luna” de Martha Riva Palacio Obón:

Los peces brincan
y la luna se ríe.
¡No la alcanzan!

Símil
Los peces brincan como niños
y la luna se ríe como rebanada de sandía.
¡No la alcanzan!

Personificación
Los peces tristes saltan
y la luna se ríe como loca.
¡No la alcanzan!

Hipérbole
Los peces enojados brincan en el agua creando un cráter
y la luna se ríe hasta que se les cayeron los dientes.
¡Se la quieren comer!
¡No la alcanzan!

Hipérbaton
Creando un cráter enojados los peces brincan en agua
y la luna riendo como loca.
¡No la alcanzan!

Metáfora
Los carros acuáticos brincan
el foco pegado al cielo se ríe.
¡No lo alcanzan!

Antítesis
Los peces brincan parados
y la luna se ríe callada.
¡No la alcanzan!
Diego Iván Saucedo Berúmen

Símil
Como ranas los peces brincan
y la luna se ríe como pay.
¡No la alcanzan!

Personificación
Los peces alegres brincan
y la luna tan tierna se ríe.
¡No la alcanzan!

Hipérbole
Los gigantescos peces brincan hasta tocar las estrellas
y la hermosa y bella luna ríe a carcajadas.
¡No la alcanzan!

Hipérbaton
Hasta tocar las estrellas los gigantescos peces brincan
y a carcajadas ríe la hermosa y bella luna.
¡No la alcanzan!

Metáfora
Las flores del mar brincan
y el queso blanco de la oscura noche ríe.
¡No lo alcanzan!

Antítesis
Los peces acostados brincan
y la enojona luna se ríe.
¡No la alcanzan!

Reiteración
Los peces brincan,
brincan riendo,
brincan bailando,
brincan cantando.
Y la luna se ríe.
Y la luna escribe.
¡No la alcanzan!

Aliteración
Los peces pecosos piensan y brincan
Pero la luna preciosa ya puede reírse
¡No la alcanzan!

Polisíndeton
Ni brincan los peces cansados ni bailan
La luna ni ríe contenta ni llora deprimida
¡Ni la persiguen, ni la alcanzan!

Sinestesia
Los peces brincan con las branquias
La luna se ríe con las manos
¡No la alcanzan!
Mariana Salamanca Guardado

Reiteración
Los peces brincan
los peces sueñan
los peces bailan
como las estrellas
y la luna se ríe
y la luna se burla
y la luna brilla

Aliteración
Los peces la sueñan
los peces suspiran
y la luna pesada
posiblemente se
carcajea y
Sabina sonríe

Sinestesia
Los peces brincan
con las escamas
los peces oyen
con las aletas
la luna se ríe
con las orejas
la luna se burla
con las estrellas
y no la alcanzan
con los ojos

Polisíndeton
Ni los peces brincan
ni la luna se ríe
ni sueña pero los peces
bailan pero la luna
se ríe
pero ni el sol brilla
Carlos Adrián Contreras Torres

Reiteración
Los peces brincan
como saltamontes
como las ranas
como los canguros
y la luna se ríe
la luna lee
la luna llora
la luna duerme
¡No la alcanzan!

Polisíndeton
Y los peces brincarán
en un trampolín
Y la luna se río
y cuando cantó sonrió
¡Y no la alcanzan!

Sinestesia
Los peces brincan con felicidad
los peces brincan con su tristeza
y la luna, la luna se ríe con sus brillantes ojos
¡No la alcanzan!

Aliteración
Los peces felices en el brincolín
los peces observan brillar
a la luna que se carcajea
¡No la alcanzan!
Olga Berenice Santos Mora

Reiteración
Los peces brincan
los peces vuelan
los peces sueñan
y la luna se ríe
como un niño feliz
como un viejo al ver
al nieto.
¡No la alcanzan!

Aliteración
Esos peces entusiasmados
están enloquecidos por la luna
Y la luna ahuyentada
aclama por ellos
¡No la alcanzan!

Polisíndeton
Los peces tristes
no quieren alcanzar
la luna
Y la luna se ríe
Y salta emocionada
¡No la alcanzan!

Sinestesia
Los peces con aletas
brincan
Y la luna se ríe con el
cabello
¡No la alcanzan!

Símil
Los peces brincan
como liebres
Y la luna se hunde
en un mar de risa.

Personificación
Los peces atraen a la luna
Y la luna burlona se ríe
¡No la alcanzan!

Hipérbole
Los peces vuelan como aviones
Y la luna haciendo una risa de mil bocas se ríe.
¡No la alcanzan!

Hipérbaton
Como liebres los peces brincan
En un mar de risas se hunde la luna
¡No la alcanzan!

Metáfora
Los cometas del agua brincan
Y el sol de la noche se ríe
¡No la alcanzan!

Antítesis
Los peces brincan
para no separarse del suelo.
Y la luna se ríe
para ocultar su melancolía
¡No la alcanzan!
Emiliano Campech

Reiteración
Los peces brincan
Los peces lloran
Los peces nadan
Los peces comen
y la luna se ríe

después de comer
después de dormir
después de caminar
y después de viajar
y ¡No la alcanzan!

Aliteración
Los peces pequeños
pegan un brillo alto
y la luna se ríe
pensando en lo
pequeña que es
y ¡No la alcanzan!

Polisíndeton
Los peces brincan
y bailan y comen y
nadan y la luna
se ríe y piensa
y viaja y corre
y ¡No la alcanzan!

Sinestesia
Los peces
brincan con las
escamas y la
luna se ríe con
los ojos y ¡no la
alcanzan!

Sinestesia
Los peces
brincan con las
escamas y la
luna se ríe con
los ojos y ¡no la
alcanzan!

Símil
Los peces
brincan como
liebres
y la luna se
hunde en un
mar de risa

Personificación
Los peces
atraen a la luna
y la luna
burlona se
ríe
¡No la alcanzan!

Hipérbole
Los peces vuelan
como aviones
y la luna haciendo
una sonrisa de
mil bocas se
ríe
¡No la alcanzan!

Hipérbaton
Como liebres
los peces brincan
En un mar de
risas se hunde
la luna
¡No la alcanzan!

Miguel Salvador Gutiérrez Reyes

Símil o comparación
Los peces como resorte brincan
y la luna como el tiempo se aleja
¡No la alcanzan!

Personificación
Los peces enojados brincan
y la luna burlona huye
después de una broma hacerles
¡No la alcanzan!

Hipérbole
Los peces brincan hasta las
estrellas y la luna burlona se ríe
¡No la alcanzan!

Hipérbaton
La risa quieren robar brincando
los peces de la burlona luna
¡No la alcanzan!

Metáfora
Las gotas de lluvia multicolor
rebotan en el cielo queriendo
alcanzar una perla de tu pelo
oscuro
¡No la alcanzan!

Antítesis
Los peces con una furia alegre
brincan y la luna burlona huye
triste
¡No la alcanzan!

Reiteración
Los peces brincan, los peces vuelan,
los peces leen, los peces juegan,
los peces lloran, los peces bailan y
la luna se ríe, la luna se duerme,
la luna se cansa
¡No la alcanzan!

Aliteración
Los peces sobre bronce bien bronceado
brincan y la luna siniestramente
se ríe
¡No la alcanzan!

Polisíndeton
Los peces brincan, o corren o
juegan y la luna se ríe y
se ahoga y se cae y se muere
¡No la alcanzan!

Sinestesia
Los peces brincan con la lengua
y la luna se ríe con la uña
¡No la alcanzan!
Omar Fernando Navarro Muro

Símil
Los peces brincan
como ranas y
la luna se ríe
como un pedazo
de melón
¡No la alcanzan!

Hipérbole
Todos los peces
del mar brincan
como un niño hiperactivo
queriendo alcanzarla
y la luna Osuna se ríe
de ellos ¡No la alcanzan!

Antítesis
Los peces pegan
un brinco dormido
tratando de
alcanzarlo y
la luna se ríe
tristemente
¡No la alcanzan!

Polisíndeton
Y los peces
saltan
y la luna se ríe
y ¡No la alcanzan!

Sinestesia
Los peces brincan
con las escamas y
la luna se
ríe de ellos con
los ojos
¡No la alcanzan!

Aliteración
Los peces pegan
un brinco y la luna
pesada se ríe
¡No puede alcanzarla!

Reiteración
Los peces brincan
como un grillo
como un delfín
como un canguro
y la luna se ríe
y la luna se carcajea
y la luna se mofa
¡No la alcanzan!

Prosopopeya
Los peces desesperados brincan
Para alcanzarla
Y la luna se
Carcajea
¡No la alcanzan!

Ángel Sánchez Pacheco

martes, 19 de mayo de 2015

Reinventando la historia

Cuando se lee en voz alta o se narra alguna historia a los niños, hacemos un alto y acostumbramos a preguntar, ¿qué crees que pasó? Los pequeños escuchas vierten sus hipótesis de manera oral. Este breve ejercicio, si se realiza con constancia, permitirá una mejor expresión oral. Una opción paralela es que escriban lo que consideren continua en la historia. Propiciando, con ello, un mayor dominio de la lengua escrita.

Los siguientes ejercicios se realizaron con el texto de Francisco Hinojosa, Las orejas de Urbano. La lectura se suspendió justo cuando se presentaba el descenlace:

Que llevan al hombre de blanco a la cárcel por burlar a policías y por robar el banco y así que Urbano tuvo más dinero por ayudar a atrapar a un delincuente y a pesar de que atrapó al niño le fue peor y así Urbano siguió escuchando lo que piensan los demás se divertía mucho. Jacqueline Adame C. (9 años)
Los policías lo atraparon y la policía y se hizo famoso le dio otro poder levantar cosas y le fue bien y dijo: -Voy a ser super bueno. (9 años)
En que arrestan al ladrón y le dan el dinero al niño, que los policías le prometieron darle el dinero y al día siguiente tuvo que ir a la escuela y fin. (Marco)

En que atrapan al hombre de blanco y lo meten a la cárcel y ya no roba el dinero y el niño sigue leyendo la mente y le dieron mucho dinero. (Fernanda Rubí. 9 años)

miércoles, 13 de mayo de 2015

¡Estás como enfermo!

La frase que da nombre a esta actividad surge del lenguaje coloquial de los años ochenta y noventa del siglo xx, sin embargo, aquí se ha utilizado como un gancho para inventar enfermedades. Las recetas médicas, los remedios caseros, herbolarios, el consejo de la vecina, amiga, comadre para contrarrestar alguna enfermedad son práctica común en nuestra sociedad.

Es por ello que los chicos tienen ese referente. La actividad puede realizarse, al menos, de tres formas: la primera es inventando todo, desde la enfermedad, la sintomatología, el tratamiento y la geografía de incidencia. Estos tres últimos elementos van a ser la constante de todas las modalidades. La segunda forma es invirtiendo el nombre y características de algún padecimiento, con lo cual se crean nuevos síntomas y su combate. El venezolano Luis Britto García explica, bajo este esquema, “El complejo de Vitro”, “El adelanto mental”, “El delirio de pequeñeces”, “La naparoia” y “La neurororschatitis”. La tercera propuesta parte del nombre de las fobias. Es del conocimiento público que una fobia es un miedo incontrolable (y para muchos, absurdo) a algo, sin embargo, el nombre con el que se designa a cada una de ellas resultan, más bien, ajenos.

Con base a lo anterior, se solicita a los participantes (individual o por equipo no mayor a tres) que inventen una enfermedad con las constantes mencionadas. También puedes, con antelación, pedirles que indaguen cuál es la enfermedad, que para ellos, es la más extraña. Ya al momento de la actividad, cada uno lee y expone su investigación, esto dará apertura al ejercicio.


Alectorofobia

Que se dificulta mucho leer y al equivocarse o trabarse se enojan mucho con todo el mundo.
* Se traba.
* Enojo
* Cambia palabras

En México.
Ejercicios de lectura y movimiento de lengua.
Anette Rodríguez
Diego Castillo
Dafne Álvarez

Ablutofobia

Es más propenso en los niños de 0 a 4 años, consiste en tener miedo a hablar con ciertas personas, normalmente familiares autoritarios que desde chicos los están condicionando a ser "sirvientes" de los demás y tienen miedo a revelarse. Donde es más frecuente es en países con más población como Alemania, EUA, México, Japón.

Se cura escuchando las canciones del Buki y Los Temerarios, y si tiene karaoke, cantarlas y tomar té de gordolobo.
Jesús Humberto Gallegos Rodríguez
Francisco Alejandro Guerrero Blanco
Luis Emiliano Lara Reyes

Acusticofobia

Esta enfermedad trata de una fobia sobre los ruidos. Sus síntomas son que cualquier sonido te da miedo y empiezas a tener diferentes tipos de trastornos lo cual hace que vaya creciendo la fobia. Se da con mayor frecuencia en adolescentes, ya que empiezan a usar audífonos o la música muy fuerte y eso hace que crezca más la fobia.

Se da en todos los países, pero mayormente en los países con más tecnología.

La cura es dejar de escuchar ruidos fuertes para que no se desarrolle más la enfermedad y tomar un 24 de octubre, que tenga luna llena, flores de cempasúchil, hervidas con canela.
Berenice Flores
Valeria Rubín

Ereutrofobia

Consiste en el miedo descontrolado hacia los eructos.

Síntomas: Cuando alguien eructa se torna agresivo y amenaza de muerte a la víctima.

Región: China y algunas partes de América.

Cura: Ir a una cueva remota en Ucrania, pasar 24 horas en la cueva hasta buscar en el lugar más recóndito de la cueva, a las 10:24 p. m. una hoja de ajenjo y escuchar sus propios eructos y el eco de éste, al menos quince veces.
Gabriel Adame
Paul Sánchez
Karla

Apotemnofobia

Es el miedo a ser aplastado por objetos pesados.
México.
Síntomas: Sentir presión.
Cura: Tratar de explotar mis miedos.
André
Omar

Delirio de pequeñez

Esta enfermedad consiste en que a la persona enferma la hace sentir menos, es decir, siente que no merece nada.
Síntomas:
* Piensa que nunca va a poder lograr algo en la vida.
* No trata de hablar a los demás por no molestarlos.
* No se junta con nadie.
* No hace por sobresalir.

Cura: Esta enfermedad se cura con pláticas, con comerciales de la televisión, centros de rehabilitación, etc.
Judith
Fernanda

Aliumbofobia

Tener pavor a la escuela o al estudio en alumnos, también llamado hueva y se da principalmente en México.
Síntomas: dolor de cabeza y panza al llegar a la escuela.

No ir a la escuela o comerse tres cebollas a mordidas con Salsa Valentina.
Mafer Perales
Andrea Rivera

Antrofobia

Consiste en que la persona le tiene miedo a estar con mucha gente en un lugar cerrado, se desarrolla en China. Al estar con mucha gente te mareas y te sientes sofocado. Esto se trasmite por la sangre. Tomar sangre de chango caliente en viernes trece. Con un poco de cola de rata.
Carlos Rodríguez Perales
Armando Rodríguez Perales

Adelanto mental

Año de origen: 1915.
Origen: Alemania.
Parte que afecta: Cerebro.
Síntomas: Inteligencia sobrenatural, volar, pasar con 24 las materias y no hacer deporte.
Historia: Empezó con un niño de quince años, el cual sacaba buenas notas sin estudiar y a partir de ese momento superaba en inteligencia a la maestra, científicos e inventores, como Peña Nieto, Steve Jobs, Einstein. Pero murió a los veinte años por sobredosis de estudio.
Cura: Dejar de leer y ver Platanito.
Diego Iván Saucedo Berúmen
Eduardo Emiliano Campech Correa

martes, 12 de mayo de 2015

Las centrales camioneras, espacios potenciales de promoción de la lectura.

Las últimas semanas he integrado a mi vida laboral (y hasta cierto punto, cotidiana) los viajes, las salas de espera de centrales camioneras y, desde luego, autobuses. Son en estos dos últimos espacios donde observando el entorno, el tiempo de espera –o viaje-, corroboro la poca incidencia que puede tener entre la población las campañas pro lectura del Consejo Coordinador Empresarial (cce). En varias de las centrales de autobuses, primordialmente en la sala de espera de un grupo de transportes, existe una pantalla de plasma transmitiendo algún canal de la televisión abierta. Dependiendo la hora es la programación, desde luego.

A la par de los aparatos de televisión, la conectividad Wi-Fi es otro de los medios de distracción que existen. El primero logra llamar constantemente la atención de los pasajeros, ya que el volumen es muy alto, casi estridente. El segundo es utilizado por un tercio de generaciones. Las personas mayores siguen conversando cara a cara, de frente. Los más jóvenes pocas veces levantan la vista hacia el televisor, a menos que se presenten unas carcajadas al unísono. Quienes tienen un ojo al gato, y otro, al garabato, son personas entre los dieciocho y cincuenta años de edad.

El tiempo de espera es, al menos, de treinta minutos. Aclaro que no dejo de considerar a aquellos que llegan barriéndose en home. Sin embargo, también es cierto que existe un porcentaje menor que pasa el tiempo que he mencionado. Hasta aquí es casi nula la lectura de revistas, diarios y mucho menos libros. Seguramente estoy ante una escala de lo que acontece en nuestra sociedad: gran penetración de la televisión, del internet y mínima de libros. Éstos últimos acompañados de acciones que brinden accesibilidad. Ignoro si en algún lugar del país se encuentre un Paralibros instalado en una central camionera.

Una vez a bordo del autobús, la situación no cambia mucho. La televisión abierta cede su lugar a películas dobladas. No lo sé de cierto, pero supongo, que son películas originales las que proyectan, de manera dictatorial y vertical, a los pasajeros. Cintas comerciales, de gran aceptación entre la población en general. El volumen, nuevamente, es muy alto. Aún con audífonos se percibe en todo su esplendor. Y cuando cae la tarde, aquel osado lector que logró ser inmune a todos los distractores, y continúo su lectura –olvidándose del mundo-, se enfrenta a las tinieblas. Las lámparas individuales no funcionan. Si asiste con el conductor y le solicita su activación, recibe como respuesta que a los demás pasajeros les molesta.


Mencioné al principio al cce porque me pregunto ¿cuánto gastaron en la publicidad donde cantantes, artistas y futbolistas invitan a leer?, ¿no hubiera sido mejor invertir ese dinero en la compra de libros que estén a disposición de la población que acude a las centrales camioneras y que viaja? El control del acervo se puede solucionar con detectores, como en las tiendas departamentales. Ojalá y alguien explote el potencial de las centrales camioneras, y los autobuses, para impulsar campañas de lectura.

Publicado en "La Gualdra", suplemento cultural de La Jornada Zacatecas, noviembre 24 de 2014.

lunes, 11 de mayo de 2015

Cuando no entendemos las palabras

Uno de los problemas más recurrentes en la comprensión lectora viene dado por el desconocimiento de las palabras que nos podemos encontrar. Tengo la impresión de que si nos quedamos con esa idea, así de llana, no podremos profundizar (ni ayudar a hacerlo) en la comprensión de un texto. Los adultos, quienes mediamos entre el libro y los niños, entre el libro y los jóvenes, principalmente, invitamos a la consulta del diccionario. Labor nada agradable para la gran mayoría de los jóvenes lectores. Lo hacemos así porque así fuimos enseñados: el libro, el texto, es quien da toda la información, el lector sólo decodifica.

Dicha concepción de la lectura que tuvo su esplendor hace unas décadas no apoya el ejercicio de la comprensión. Habrá que enseñar al incipiente lector que el texto se inscribe en un contexto. Es decir, no son palabras, oraciones o ideas sueltas, sin ninguna relación. Al contrario, se presenta una articulación constante y permanente al interior de las frases que lo componen. Intente hacer una lectura del presente escrito, palabra por palabra, desvinculándola del resto, ¿puede captar el mensaje que intento transmitir? Muy probablemente no. Usted va construyendo escenarios desde el mismo título. Vamos a ejemplificar con dos textos, los cuales utilizo en talleres del tema. El primero es de Luisa Valenzuela, “Confesión esdrújula”:

Penélope nictálope, de noche tejo redes para atrapar un cíclope.

La pregunta escolar “de cajón” es: ¿de qué trata el texto?. Las respuestas más expresadas son: “De Penélope que teje redes para atrapar a un cíclope”, “De una mujer que teje mientras espera”, “De una mujer que atrapa cíclopes”. Como se observa, las opiniones repiten las mismas palabras, casi de manera literal, que el texto original. Algo idéntico a lo que describía en la colaboración “Y en medio de nosotros, la paráfrasis como comprensión”. La dificultad, principal, del texto –según los propios lectores- está dada por la palabra “nictálope”. La cual asumen como apellido (pese a no iniciar con mayúscula) y como un adjetivo desconocido. La conclusión a la que llegan es que no se comprendió el texto por no conocer el significado de la palabra.

Un segundo ejercicio, inmediato, viene dado por el fragmento de un cuento de Pascuala Corona, “Sangalote”:

Había una vez un barrendero que se llamaba Sangalote, de esos que barren las calles con unas escobas muy largas; pero Sangalote tenía un defecto muy feo: creía siempre tener la razón y por lo tanto era muy terco.
Un día barriendo, barriendo, se encontró un tlaco y se puso a pensar en alta voz, diciendo:
- ¿Qué compraré? Si compro pan, se me desmorona; si compro queso, me lo comen las ratas; si compro azúcar, se me acaba; compraré garbanzos. Y compró garbanzos.

Nuevamente la pregunta inicial, ¿de qué trata? Aquí las respuestas son más homogéneas: “De un señor que barre las calles y compra garbanzos.” Después, la siguiente: ¿qué es un tlaco? Otra vez la uniformidad en las respuestas aparece: “Una moneda”, “Dinero”. Obsérvese cómo el contexto nos permite abrevar de nuestros conocimientos previos para asignar significado y sentido a las palabras desconocidas.

Publicado en "La Gualdra", suplemento cultural de La Jornada Zacatecas, noviembre 3 de 2014.

viernes, 8 de mayo de 2015

La creatividad al poder

Hace algunos años Germán Dehesa declaró que era necesario pensar en los poetas como candidatos a cargos de elección popular. Que sería más deseable escuchar un poema de Sabines a esos discursos vacíos de nuestros funcionarios, quienes entre otras virtudes, tienen la facultad de decir nada con muchas palabras. Desde luego la propuesta de Dehesa trajo cuestionamientos y descalificaciones. Sin embargo, en un momento como el que atraviesa el país me aborda la duda de hasta dónde hay mucho de razón en esa expresión. Y no sólo por los discursos, sino por las acciones que puedan derivar de la creatividad.

Los artistas y los científicos desarrollan la capacidad de ver el mundo de manera distinta, la apertura a nuevas perspectivas y el enfrentarse a resolver problemas desde distintas ópticas, es una característica que demandan los hilos conductores de esta nación. En lo inmediato, y sin menoscabo de las otras manifestaciones artísticas o disciplinas científicas, me quedo con las palabras de Dehesa. La poesía (insisto, y no sólo ella) permite una imaginación expansiva, la posibilidad de desarrollar un pensamiento complejo, el cual vincula objetos, ideas, situaciones, en apariencia sin ningún vínculo o asociación.

Ejemplificaré con un ejercicio realizado con un grupo de adolescentes hace unas semanas. Ellos estaban abordando el tema de las figuras retóricas en sus clases de Español. Al conversar con ellos, manifestaban poca practicidad de ese aprendizaje, de tal manera que se me ocurrió abordarlo de la siguiente manera: se les solicitó que doblaran por la mitad una hoja blanca. Después, procedí a leer una definición de diccionario de la luna, la cual transcribo: “Satélite natural de la Tierra, que gira alrededor de ésta en órbita elíptica a una distancia media de 384 000 km, con una velocidad media de 1,02 km/seg y con un periodo de rotación que coincide con el de revolución de 27 días, 7 horas, 43 minutos y 11,5 segundos.”

Acto seguido los jóvenes dibujaron lo que se habían imaginado. Todas las expresiones gráficas coincidían en la representación de la Tierra, la Luna y el Sol. Algunas de ella incluían los datos numéricos del texto. Se les pidió que mostrarán a los demás sus trabajos. Al preguntarles qué veían, fue inmediata la respuesta: “pues los dibujos son muy parecidos”. Como siguiente paso se les pidió que cerraran los ojos y se concentraran en lo que iba a escuchar. Comencé a leer el poema “La Luna” de Jaime Sabines. Nuevamente se les pidió que trazaran las imágenes mentales que fueron creando.


¿Qué sucedió después? Pues los chicos expresaron que el segundo ejercicio les había gustado más, que era más diverso (claro, con otras palabras como “diferentes”) y que tanto en la elaboración como en el producto habían experimentado mayor placer. Les dije que eso es la poesía: la posibilidad de crear distintas imágenes, las propias, las que no se repiten con el otro, las que me brindan identidad, las que se forman con las figuras retóricas (además de los efectos sonoros de éstas), las que me permiten mirar el mundo de manera distinta. Ese día fue el comienzo de un taller de creación de esta herramienta estilística.

Publicado en "La Gualdra", suplemento cultural de La Jornada Zacatecas, octubre 27 de 2014.