Eduardo Campech Miranda
En la cuarta sesión recuperamos el tiempo y las actividades pendientes
del día anterior. Iniciamos eligiendo un corrido por asistente. Luego
dibujarían algo alusivo. Varios de los participantes manifestaron su poca
destreza al dibujar, por ello se les brindó la opción de copiar un dibujo de
algún libro. Así lo hicieron, y con él se dispusieron a diseñar títeres planos,
elemento fundamental de las sombras chinescas. Para cerrar el encuentro se
proyectaron unas imágenes de las épocas porfiristas y revolucionarias, y otras
más del Archivo Casasola. Este día un nuevo integrante llevó una guitarra y dos
de los asistentes quisieron compartir la interpretación de corridos, cantados y
recitados.
El viernes se abordó someramente la figura de José Guadalupe Posada. Se
mostraron algunos libros que tratan de la vida y obra del hidrocálido. Con
material económico (charolas de unicel, pintura vinílica, lápiz, hojas y una
prensa para hacer tortillas) se elaboraron grabados con temas de corridos. La
variedad hizo presencia: desde los corridos revolucionarios (“La persecución de
Villa”, hasta “Camelia la texana”. La participación fue entusiasta.
Para el último día se les pidió que llevaran impresos los temas que se
les habían hecho llegar vía electrónica. Así, de una selección de veintidós
corridos (mismos que también se les obsequió), ellos escogieron cuáles deseaban
cantar. La sala Hermanos de Santiago fue testigo de cómo “La Adelita”, “La toma
de Zacatecas”, “La rielera”, “El caballo blanco”, “La cárcel de Cananea”,
“Rosita Alvírez” (con el toque de humor de El Piporro), “La cucaracha”
inundaron el ambiente, al grado de llamar la atención de una pareja de
turistas. Para cerrar, cada asistente escribió un corrido a partir de palabras
derivadas de un juego de lotería.
La experiencia fue rica. El observar la compenetración que se alcanza en
un grupo heterogéneo (había abogadas, ingenieros, maestras, amas de casa,
estudiantes universitarias, estudiantes de secundaria) cuando se persigue un
fin común.
Y si Adelita se fuera con otro, es sólo uno de las decenas de talleres que se
pueden ofrecer en distintos espacios de lectura (bibliotecas, casas de cultura,
salas de lectura), y con ello posibilitar la accesibilidad que refiere Judith Kalman.
Publicado en "La Gualdra", suplemento cultural de La Jornada Zacatecas, 30 de junio de 2014.
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