martes, 11 de diciembre de 2012

PRECAUCION: lectores trabajando




A Esther Cárdenas y la Asociación de Libreros en Zacatecas
Eduardo Campech Miranda

En este espacio y en diversas ocasiones he manifestado que existen múltiples voces, originadas desde varios espacios lanzando arengas a favor de la lectura, conminando a leer con estrategias mal elaboradas, e incluso, mal copiadas. Sin embargo, la incongruencia (que también he mencionado en alguna ocasión) sale a flote a las primeras de cambio.

La desafortunada noticia de la disminución de días que estará la tradicional Feria Municipal del Libro, dada a conocer la semana pasada, es sólo un botón de muestra. En tiempos donde leer es algo tan inusitado para la gran mayoría de la población mexicana, al grado de premiar a quienes sí lo hacen, a las autoridades (a esas mismas que se dan golpes de pecho por las pírricas estadísticas) les parece que con cinco días basta y sobra para que la lectura sea una posibilidad de recreación y se mejoren los índices lectores.

En los diversos promocionales de la lectura, escuchamos, leemos, vemos que leer “nos transporta a mundos fantásticos”, “nos ayuda a obtener nuevos conocimientos”, “enriquece el lenguaje”, “nos brinda temas de conversación”, pero pocas veces nos dice que una buena lectura propicia el pensamiento crítico, el cuestionamiento constante del entorno, la capacidad de análisis, síntesis, y elaboración de propuestas viables. Leer, desarrolla otras capacidades y habilidades, más allá del mero acto mecánico de la decodificación que en él se ejerce.

La nueva era que tanto anunció Televisión Azteca la noche del 30 de noviembre del presente año, está estigmatizada como una época de ignorancia e ignominia, que de una u otra manera permean hacia las capas inferiores del poder. ¿Para qué voy a propiciar que la gente lea si me va a cuestionar o puedo generar un movimiento como el “Yo Soy 132”? ¿Quién dice que leyendo puedo ser exitoso, si yo jamás he leído y ostento un cargo de elección popular?

La construcción de una verdadera democracia no sólo pasa por el respeto del sufragio, desde luego pasa por la conformación y construcción de una sociedad crítica e informada. Por una sociedad demandante, participativa y propositiva. De una sociedad que se haga oír, pero que también sepa escuchar y leer (leer no en el más sintético de los conceptos, si no leer el mundo).

El compromiso de las autoridades debe ser, pues, en ese sentido. De tal manera que actos contrarios al desarrollo cultural, y desde luego, comunitario sólo exhiben la ignorancia, la falta de compromiso con la comunidad o ambas.

Ojalá y este episodio sea el motivo para revisar a detalle la política municipal en torno a la lectura y los libros, en particular, y la cultura, en general. Revisar cuál es el proyecto o la planificación en términos de bibliotecas públicas, salas de lectura, ferias de libro y paralibros. Revisar a detalle, es decir, que se expongan acciones y resultados concretos. El hastío por las cifras alegres y los discursos demagógicos va colmando a la sociedad. Hasta donde recuerdo, no había una comisión de cultura en el Ayuntamiento zacatecano. Ahora se confirma que no existe.

Publicado en "La Gualdra", suplemento cultural de La Jornada Zacatecas, 10 de diciembre de 2012.

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