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Ese martes el sol no nos seguía como perrito faldero, sino como perro de presa. Afortunadamente una franja de sombra era buen augurio de la sesión. La llegada de uno por uno de los niños es algo que se nos va presentando como algo natural. Hay quien espera ver el vehículo, desde su casa, para salir de inmediato. Sin embargo, estos momentos tienen también su sabor desolador, sobre todo al principio, cuando no llega nadie. El primero en llegar casi siempre es Juan Diego. Puntual como un caballero. Estas últimas sesiones lo ha acompañado su libro de texto. En compañía de su hermana, Viridiana, y Ángeles, leen cantando, "Los diez perritos".
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Los más desinhibidos son los más pequeños. Los mayores se integran con un poco de desconfianza o vergüenza, aún no identifico qué es. Uno de los preescolares llega diciéndole a Juan Diego que no invite a otro niño a su casa, creo que a Toño, porque éste lo corrió de la suya. Mientras esperamos, realizamos las exploraciones libres y leemos con los niños, o ellos nos leen a nosotros. Juan Diego ha elegido
La máscara de Grégoire Solotareff. Le llama la atención un pequeño compartimiento que se encuentra en la parte posterior de la cubierta. Mi respuesta es que no podrá ver qué hay ahí hasta que me cuente la historia que viene en el libro. Así lo hace y al final descubre y se pone la máscara que viene incluida. Otro pequeñitos se tiran al piso a hacer lo mismo y hay quienes, como ya se ha mencionado antes, prefiere la soledad, apartarse del grupo y gozar sin miradas.
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Los niños más grandes inventan un animal y redactan una pequeña monografía del mismo. El libro detonador de la actividad es
Animalario Universal del Profesor Revillod de Javier Sáez Castán y Miguel Murugarren. La actividad se la había visto a Ángeles por la mañana en una escuela y la fusilé con su autorización. Una señora integró a sus hijos. Hasta el más pequeño, Omar, de acaso dos años, estuvo con sus hermanos. En un justo reclamo de equidad, al momento de facilitarle libros, él exigió el suyo.
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Ese día, no acudió José Luis por cuestiones de trabajo. Al final, recolecté los trabajos, espero pronto escanearlos y compartirlos por este medio. Esta ocasión no estuve al pendiente de lo que realizó Ángeles, pero me pude percatar que los niños preescolares escriben su nombre en sus trabajos.
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