miércoles, 27 de abril de 2011

Crónicas desde el mercado VIII

Este martes no ha habido clases en las escuelas de la colonia Alma Obrera. Pensamos que tendríamos más niños, pero la situación fue completamente distinta. Nos llamó la atención ese hecho. Los que nunca fallan son los preescolares. El calor es en cada sesión más intenso. Esta vez tuvimos que esperar a los niños dentro del mercado. Mientras estuvimos ahí observábamos los escritos y anuncios del mercado. El que más llamó nuestra atención fue uno de consultas oftamológicas.

Juan Diego y su inseparable libro de texto. A pesar de no lograr mucha convocatoria, descubrimos algo que nos hace reflexionar. Una pequeña, a lo sumo 7 años, leía en voz alta a su hermano menor Del topito Birolo y de todo lo que pudo haberle caído en la cabeza. Mientras lo hacía, le llamaba la indicaba: "Pon atención porque te voy a preguntar". Lo que parecía una práctica de lectura gratuita, se convertía en una réplica de cómo educan a la niña en su escuela.

Ángeles trabajó con los preescolares Animalario Universal del Profesor Revillod. José Luis, nuevamente acudió con las señoras comerciantes. Yo no tuve niños de primaria. La ausencia de este último sector se debió, además de la suspensión de clases, a un fenómeno que hasta hoy detectamos. Los adolescentes y los jóvenes tienen gran influencia sobre los pequeños. Cuando estaba tratando de conformar un grupo pequeño de tres o cuatro niños, llegó un chico como de doce años, habló con ellos y se los llevo. Este joven que acudió estuvo dialogando con otros más grandes. Hablaban de futbol, del próximo partido del equipo del barrio. Pero también hacían burla por su presencia con nosotros.




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