José Luis ha preparado una dinámica de integración más elaborada que las ocasiones anteriores. Saca de sus bolsas una serie de tiras de papel amarillo, ha llevado música y grabadora. Nos acompaña Lety Quintana, de comunicación social de la Coordinación Estatal de Bibliotecas. Resultó algo impactante. La música, los papeles (así como la exposición de los libros en otras ocasiones) ha sido novedoso. Lety se integró para jugar. Hay un par de chicos futbolistas que no hemos podido integrarlos. Aunque tengo mis dudas en torno a la indiferencia que quieren mostrarnos y es ¿por qué siempre van a jugar a la hora y el día que nosotros vamos?
La libre exploración sigue siendo una actividad rica. Tanto para quien acude, como para nosotros. Ellos tienen toda la libertad para leer los libros que deseen y nosotros observamos sus reacciones. El sol esta ocasión fue clemente con nosotros, sin embargo, unas nubes parecían amenazadoras. Ángeles y José Luis trabajan con los preescolares en la elaboración de un mural.
Yo decidí que los peques escribieran un cuento a partir de imágenes. Hubo un par de niñas que no alcanzaron tarjetas, les facilité un libro infantil en danés. El pasillo de acceso al mercado se dividía en dos áreas de creación y recreación. En un lado, las imágenes se tornaban palabras y en el otro las palabras se transformaban en imágenes.
Estamos convencidos que la libertad que impera durante la actividad, es fundamental para que la apropiación de la lectura por parte de los niños y niñas sea exitosa. Prueba de ello es que casi siempre se presentan casos de pequeños que no quieren realizar nada sino leer. No juegan, no escriben, no dibujan, no cantan, ellos leen. Leen libres de la consigna de "te voy a preguntar", libres de reportes, resúmenes o acciones posteriores a la lectura. Libres porque tienen un pequeño universo del cual pueden escoger la lectura que les guste.
La sesión concluyó con música y baile. Ángeles quiso obsequiar dulces. La llegada de muchas personas (niños y adultos) provocó un poco de caos, pero volvimos satisfechos.
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