miércoles, 27 de noviembre de 2013

Ecos del XIII Congreso Nacional de Bibliotecas Públicas. 2ª y última parte.

Eduardo Campech Miranda

“La dimensión social de la biblioteca” fue el nombre de la segunda mesa de discusión, integrada por Carolina Maillard Mancilla (Tutora del Diplomado en línea “Gestión de Bibliotecas Públicas”, Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos de Chile), María Asunción Mendoza Becerra (Presidenta de la Asociación Mexicana de Bibliotecarios, A. C.), María Teresa Pérez Cruz (Responsable de la Biblioteca del Faro de Oriente) y Socorro Venegas Pérez (Subgerente de obras para niños y jóvenes del Fondo de Cultura Económica), todas moderadas por Mario Escobar Gálvez. Maillard Mancilla plantea que es necesario diseñar servicios de extensión para quien no puede acudir a la biblioteca; incorporar el enfoque de género en los servicios es relevante; atender e identificar las demandas de la sociedad, es decir, conocer a las comunidades circundantes y ofrecer servicios acordes a las demandas de hombres y mujeres. Mendoza Becerra acotó que hay que pensar en mecanismos y servicios especiales para grupos marginados. Por su parte Pérez Cruz compartió las virtudes y logros de su biblioteca pública: el acervo de cincuenta mil volúmenes fue automatizado por sólo dos personas; se imparten cincuenta talleres para jóvenes y adultos y treinta más para niños, entre los primeros destacan: Taller de escritura autobiográfica para mujeres, Autogestión, Taller para perderle el miedo a la escritura, Aula digital TELMEX, Periodismo comunitario, Narrativa, Capacitación computacional para amas de casa ; a través de un convenio con la Extensión Nacional de Literatura del INBA, ha sido posible llevar a cabo encuentros de poetas o la presencia misma de los autores, como fue el caso de Luis Eduardo Aute; se sacaron todos los carteles que exigen silencio, se formó la Asociación Amigos de la Biblioteca; existen Círculos de Lectura permanentes, conciertos. Finalmente Venegas Pérez mostró el trabajo que ha descubierto a través de Salas de Lectura y Bibliotecas Públicas: es un error pensar que con sólo abrir las puertas la biblioteca cumple con su función; hay bibliotecas que promueven las videoconferencias con escritores, estas experiencias han contado con capacitación en gestión cultural.

Gerardo Jaramillo Herrera (Director General de Educal) impartió una charla en torno a la relación biblioteca pública-librería. En tanto, Teófilo Huerta (Subdirector de Enlace Interinstitucional de la DGB) presentó la página de la Red Nacional de Bibliotecas (www.rednacionaldebibliotecas.gob.mx), invitó a explotar los materiales que ahí se alojan.

Por último, la mesa tres, “El papel del bibliotecario como mediador de la lectura” estuvo a cargo de María Azucena Galindo Ortega (Directora General de IBBY México/A Leer), Daniel Goldin (Escritor y editor. Director de la Biblioteca Vasconcelos) y Verónica Juárez (Consultora independiente para bibliotecas y centros de información) coincidieron que “Hay que cambiar el discurso de en México no se lee” (Galindo), “El discurso de la lectura se ha vuelto hueco” (Juárez).Goldin fue más extenso: “El mundo de los lectores es un mundo infinitamente rico” y lanzó una serie de cuestionamientos: ¿Cuál es el valor de la lectura?, ¿qué es lo que leemos? Destacó que habrá que concebir al público como un actor de los servicios bibliotecarios, recuperar usuarios (¿qué es lo que tú sabes y puedes compartir?) Si la biblioteca pública aspira a ser un recinto de construcción de ciudadanía, debe leerse distinto a sí misma; el mediador debe tener la capacidad de escuchar.

En conclusión, las bibliotecas públicas tienen una gran tarea por delante. El acto de inclusión debe surgir, primeramente, del bibliotecario. Éste, debe hacer que su trabajo sea visible y valorado; debe involucrarse en las transformaciones socioculturales. De lo contrario, él mismo será el freno de las posibilidades bibliotecarias.

Publicado en "La Gualdra", suplemento cultural de La Jornada Zacatecas, octubre 21 de 2013.

martes, 26 de noviembre de 2013

Ecos del XIII Congreso Nacional de Bibliotecas Públicas. 1ª parte

Eduardo Campech Miranda

En el marco del XXX aniversario de la Red Nacional de Bibliotecas Públicas se realizó el XIII Congreso Nacional del área. El tema central, “La biblioteca pública como espacio social”, plantea nuevos retos y soluciones ante el vertigo de las transformaciones sociales.

Emir José Suaiden, Director del Instituto Brasileño de Ciencias de la Información, plantea varios escenarios al devenir bibliotecario público: catastróficos, integrados y de excluidos. Pone los puntos sobres las íes: “En las bibliotecas públicas aparece fácilmente la oferta pobre para el pobre, como es notorio la condición de la biblioteca y de la escuela pública” y remata con un dato contundente: “95% de las bibliotecas en América Latina nacieron a partir de donaciones y en lugares adecuados”.

Plantea que la biblioteca pública, toda vez que la sociedad ha ido transformándose de una sociedad industrial a una sociedad del conocimiento, pasando por una sociedad de la información, debe brindar las posibilidades para generar riqueza, “copiar de una enciclopedia no es investigar”. Una tarea para que esto sea posible es despojar a la biblioteca de su aura escolarizada. También deben aprovechar las redes sociales, ya que ellas constituyen un recurso de búsqueda, filtros de calidad a la información que se busca, comparten información produciendo inteligencia colectiva, influyen en la comunidad y cambian lo individual por lo social.

La primera mesa de discusión, “La biblioteca pública y la democratización del conocimiento”, con la participación de Gilberto Ruiz Cáceres, Laura Ruiz Pérez y Jorge von Ziegler, también se planteó la urgencia de que el conocimiento pueda generarse en las bibliotecas públicas, que éstas sean el espacio donde se den a conocer las investigaciones universitarias, pero también que el bibliotecario debe asumir el compromiso de adquirir y desarrollar las competencias digitales.

“La dimensión social de la biblioteca pública”, fue el tema de la segunda mesa. La cual se caracterizó por ser una comunicación de experiencias exitosas, tanto chilenas como mexicanas, en torno a la difusión, promoción y desarrollo de las bibliotecas públicas. En esta mesa participaron Carolina Maillard Mancilla, María Asunción Mendoza Becerra, María Teresa Pérez Cruz y Socorro Venegas Pérez.
Las bibliotecas públicas tienen un gran reto por delante. Reto que está en las manos del personal bibliotecario solventar. Pero también de las autoridades de todos los niveles. La formación de usuario de la biblioteca, y todos sus recursos, debe iniciar por el bibliotecario mismo. Es momento de involucrarse en la autoformación, de pretextar el desconocimiento del manejo de las TIC’s, de la fobia a la lectura, para no comprometerse en las tareas que nos han sido encomendadas.


Pero también de las autoridades, ya lo dije. ¿Cómo conseguir lo anterior sin conectividad, sin electricidad, sin personal con vocación –y sí con un compromiso político-?, vaya ¿cómo hacerlo si no se muestra interés? Es momento que los interesados presenten un programa de acción, y a quien corresponda, brinde los apoyos correspondientes. O al menos, que no pongan piedras en el camino.

Publicado en "La Gualdra", suplemento cultural de La Jornada Zacatecas, octubre 14 de 2013.

Taller "Estrategias de Lectura" a Supervisores de Educación Básica. Concepción del Oro, Zacatecas, octubre 3 de 2013.



  • Cómo llegué: Esperaba algo que habíamos encontrado siempre, no significativo, sugerencias, estrategias, que todo queda en este espacio, no hay un seguimiento. Venimos por cumplir un mandato de nuestras autoridades. Cómo me voy: Hoy por primera vez encontré algo diferente, me sentí atrapado por las lecturas y los comentarios, no se me hizo tedioso a pesar de que nunca había terminado tan tarde. Las estrategias me parecieron excelentes, me siento con el deseo de transmitirlas en mi ámbito de supervisor aunque nadie me lo pida, ni me lo exija, o sea, más bien, aplicarlas. Finalmente, reconozco en usted mucha sabiduría, refleja lo mucho que ha leído, un gran interés y gusto por su trabajo. Felicidades. (Anónimo).
  • Cómo llegué: ¡Hola! En la mañana llegué bastante motivada al taller "Estrategias de Lectura", ya que tenía muy buenas referencias del profr. Campech, respecto a su manejo de temas de lectura. Esperaba que el taller resultara interesante, dinámico y novedoso, que él nos compartiera estrategias con las cuales pudiéramos acercar a nuestros alumnos a la lectura y a la escritura. Cómo me voy: El taller cubrió mis expectativas. Nos mostró y trabajamos dinámicas de lectura, que resultaron interesantes y que seguramente nos dará buenos resultados en las aulas. Lo que no me permitió concentrarme adecuadamente fue el ruido exterior, por lo que no disfruté al cien por ciento el taller, como me hubiera gustado. Felicidades profr. Campech por su noble labor: de compartir con tanta gente sus conocimientos acerca de cómo trabajar la lectura. Éxito en todo lo que emprende. PD. El ruido me está volviendo loca. (Lorena Cardona Luna).
  • Por la mañana: Al iniciar el taller me pareció tranquilo, sin mucho contenido, así también legué con poca energía y concentración puesto que en mi centro de trabajo se presentaron diferentes situaciones. Esperaba conocer estrategias de lectura prácticas y concretas. Al salir: Me pareció interesante principalmente identificar y recordar procesos cognitivos que se estimulan y/o fortalecen con la lectura, creo que también es importante encontrar seguimiento en mí para poder contribuir en los alumnos. (Anónimo).
  • Cómo llegué: Llegué con entusiasmo para aprender cosas nuevas y sobre todo, salir de la rutina. Cómo me voy: Con las estrategias y algunos ejemplos para manejarlos con los compañeros, ya que esto motiva a leer y seguir imaginando cosas, pero sobre todo, a inculcar en mis hijos más la lectura que hoy en día hace mucha falta. (Anónimo).
  • Cómo llegué: Esperaba un curso expositivo donde se manejaran textos por momento tediosos y algo aburridos. No venía con tanta disposición por tal motivo. Cómo me voy: Me voy contenta debido a que el curso rebasó en mucho las expectativas, ya que sí se manejaron diversas estrategias de lectura que uno puede aplicar con los alumnos. Además, todo el trayecto fue dinámico, por lo que no hubo tiempo para el aburrimiento y el desaliento. (Karina Ramírez Burciaga).
  • Cómo llegué: Algo afligida por el horario que se iba a manejar. Cómo me voy: Me gustaron las actividades, la dinámica, e incluso, las historias de los libros. Me llevo algunas estrategias para aplicarlas cuando tenga grupo. De esa manera se pasa el tiempo sin aburrirse. (Anónimo).
  • Expectativas: Aprender nuevas estrategias de lectura. ¿Qué me gustó? La dinámica de trabajo. Siento que estas estrategias deberían dirigirse directamente a docentes frente a grupo, claro que a nosotros como equipo de asesoría nos apoya para brindar herramientas a los docentes, pero si fuera directo, sería más fructífero. (Anónimo).
  • Cómo llegué: En la mañana llegué con la idea de cómo sería el curso, de qué se trataría, esperando que no fuera tedioso. Cómo me voy: La actividad me pareció muy interesante pues me da la idea de cómo realizar actividades con los alumnos para interesarlos en la lectura. Claro, primeramente, yo interesarme más en la lectura. Espero que se dé seguimiento en este curso de más estrategias. Me pareció muy bueno, ameno, las lecturas me gustaron. Gracias. (Anónimo).
  • Esperaba: Que el curso fuera aburrido, tedioso, sin motivación, y que nos pasara de noche, como siempre pasa. Me voy: Muy contenta por compartirnos sus conocimientos, experiencias y enseñanzas con nosotros. Y obtener conocimientos de estrategias de lectura y escritura tanto como para nuestros alumnos. Y no me esperaba que este curso fuera motivador. "Gracias". (Anónimo con rúbrica).
  • Llegué: Desvelada, me dolía la cabeza, mormada, con dolor en mi columna. Me voy: Las estrategias permitieron agrandar mi forma de trabajar. Siento la necesidad de leer, porque me doy cuenta que no he terminado de hacerlo. Lo que he leído no es ni la milésima parte de lo que existe en el universo de la lectura. Sentí la necesidad de seguir leyendo. (Anónimo).
  • Llegué muy contenta a recibir el curso. Lo esperaba muy tedioso, pero al iniciar me di cuenta que es muy importante por el motivo de que todos participamos. Veo que el maestro que lo imparte tiene tanta facilidad que nos invita a ser parte de la clase. Y me retiro muy motivada. Logré aprender mucho. Le deseo éxito en las próximas. Y Dios lo bendiga. (Anónimo).
  • Llegué: Desconcertado, no conocía dónde estaba la escuela... preocupado pues dejé mis grupos solos. No tenía idea del trayecto formativo que tomaría el taller, aun así sentía la presión, pues es mi obligación reproducir la información. Cómo me voy: Me gustó el taller, aunque resultó muy breve, creo sería necesario profundizar en algunos temas para clarificar, por ejemplo en las macroestructuras textuales y el análisis textual. También me gustaría profundizar en el tema de su última mención: "Literatura analizada como arte", pues el programa de secundaria obliga al análisis gramatical y se pierde en ocasiones el fondo. (Anónimo).
  • A mi ver muy personal este curso se me hizo muy interesante, ya que no soy lector, sólo leo libros que necesito. Por otro lado, me gustaría que estas actividades se hicieran con más frecuencia. (Anónimo).
  • Mi estado de ánimo era somnoliento. Creí que el taller estaría un poco aburrido, pero superó mis expectativas. Fue muy dinámico, divertido y con mucha retroalimentación. Me retiro muy contento y satisfecho de los conocimientos adquiridos en el taller, ya que encontré formas diferentes de ver cómo transmitir la lectura a mis alumnos. Espero que esta no sea la última vez que nos visita, esperando un pronto regreso con este tipo de talleres. Gracias. (Anónimo).
  • Esperé algo interesante, de lectura. Sin embargo rebasó mis expectativas, al conocer estrategias creativas, ya que últimamente se fomenta muy poco la lectura. Quedo que me doy cuenta de lo que me he perdido, sin leer, lo cuadrado y enajenado que me sentí. (Anónimo).
  • En la mañana llegué con entusiasmo porque hoy conocería nuevas estrategias de lectura para poder acompañar a los docentes que dejan de lado los libros del rincón. Me llevo dudas para investigar sobre algunos libros que nos mencionó. (Anónimo).
  • ¿Qué esperaba? Pensé que el curso o taller sería impartido por personal de esta región. Mi asistencia ante estos temas es de mi agrado, ya que la lectura es un placer para mí. Nota: Cuando vi al expositor me agradó la conducción y seguimiento (experiencia), ¡Dios le bendiga! ¿Cómo se va? Con la firme seguridad que se gestione este tipo de talleres para los docentes frente a grupo, ya que usted, expositor, trae consigo la experiencia y desarrollo en su trabajo. ¡Felicidades! ¡Hay que transmitir con nuestros compañeros todo lo que aprendemos! ¡Éxito profr. Eduardo Campech Miranda! (Profr. Martín Costeira Esquivel).
  • El día de hoy me levanté contenta. Mi expectativa sobre lo que yo pensaba de lo que iba a tratar el curso era sobre estrategias para abordar los libros de la biblioteca del aula y la biblioteca escolar, que es lo más común que aborda o retoma el Programa Nacional de Lectura. Pero no veo que su conocimiento es muy amplio, sus estrategias variadas, dinámicas , en las que a través de ellas los alumnos les motiva hacia la lectura, las cuales llegan aprendizajes para la vida, no momentáneos. (Anónimo).
  • Expectativas: Un curso común... igual a los cursos y/o talleres que siempre nos imparten. Aburrido, cansado, tedioso, en el que al primer momento buscar salir. Debo confesar que no estaba muy entusiasmada por venir. Cómo me voy del taller: Con una gran satisfacción. Convencida y entusiasmada por comenzar esta nueva aventura llamada "lectura". Contenta por las experiencias recuperadas y por los aprendizajes compartidos. Agradecida por tener oportunidad de participar. (Irazema Abigail Ortega Benítez, Lic. en Educación Especial).
  • Por la mañana llegué un poco indispuesto, porque tenía otras cosas pendientes que exigían mi presencia. Me voy: Contento con otro cambio de actitud. Con los ejemplos que se estuvieron realizando me da cuenta cómo abordar los cuentos a como yo los cuento a mis hijos. Ahora ya tengo también elementos para compartir con mis compañeros docentes. Me gustaría que este tipo de actividades se haga por zona escolar para que el docente frente a grupo tenga la información de primera mano, ya que esto fortalece en los Consejos Técnicos Escolares este tipo de actividades. En estos consejos se están tratando este tipo de problemáticas. (Anónimo).

miércoles, 13 de noviembre de 2013

La promoción de la lectura pirata

La colaboración anterior hablaba de los libros de superación personal y autoayuda. Planteé, lo que mi juicio son algunas de las características que los distinguen. En función de lo anterior, me permitiré plantear una postura ante algunas prácticas de promoción de la lectura, derivadas en este tipo de textos.

Hace años un joven me decía, ufano, que había leído la obra completa (hasta entonces publicada) de Carlos Cuauhtémoc Sánchez. Cuando le mostré un título de la colección “Punto de Encuentro” de editorial Everest, lo devoró en los tres días que estaríamos en la capacitación y concluyó que le había agradado más que lo que había leído hasta entonces.

Si el joven en cuestión leía a Sánchez, es porque era el material bibliográfico y de lectura que estaba a su alcance. Igual que se entiende que quien no haya estudiado tenga una mala ortografía, creo que es comprensible que quien sólo acceda a un material de dudosa calidad crea que es un buen lector.

Un buen lector no necesariamente es quien se atiborra de libros para luego vomitar (sin digerir) los planteamientos. Puede tener buena memoria, pero nula capacidad de análisis. Un buen lector no necesariamente ha leído el canon literario occidental, pero tiene la disposición de hacerlo, y de dotarse de las herramientas necesarias para asimilar lo planteado. Un buen lector sabe que cada lectura es un reto intelectual, que cada libro es un diálogo inteligente con el autor, y no sólo un discurso de éste al lector.

Siempre me ha parecido odioso, y ocioso, dar consejos cuando no los piden; decir a otros cómo deben vivir cuando no he logrado solucionar mi vida; dar recetas para resolver conflictos cuando los propios siguen mermando mi salud mental. Me parece una práctica de promoción de la lectura pirata, hablar del gusto por la lectura cuando, teniendo una gran diversidad y riqueza bibliográfica –como puede ser una sala de lectura o una biblioteca pública- se sigan privilegiando y ofreciendo sólo textos de superación personal.

Los propósitos están confundidos. No buscan formar lectores, si no compartir su experiencia de vida (ellos han padecido en carne propia las torturas de este valle de lágrimas en que nos puso Dios) como argumentación. Intentan persuadir de las virtudes y los vicios. Advierten sobre la decadencia, cantan, aplauden, lloran. Y algún incauto dirá: “Qué buen trabajo, cómo hacen llorar a los adolescentes.”

No está mal, insisto, cada quien hace de su lectura un papalote. Pero que no se ostenten como promotores (y mucho menos mediadores) de lectura. Su trabajo va en otro sentido, hacia otros terrenos. Su trabajo se dirige en abrirse una oportunidad para el aplauso fácil, para tomar la palabra. Son predicadores de sus propias limitantes.


Si los textos de superación personal son literatura pirata, no podemos esperar que quien “promueva la lectura” con ellos, sea un promotor serio y comprometido, porque ni siquiera se ha otorgado a sí mismo, la oportunidad y el privilegio de encontrar, y enfrentar, a sus fantasmas desde la literatura. 

Publicado en "La Gualdra", suplemento cultural de La Jornada Zacatecas, 7 de octubre de 2013.


miércoles, 6 de noviembre de 2013

Libros de superación personal

Eduardo Campech Miranda

Concluyendo la lectura del libro La Vaca de Camilo Cruz, vino a mi mente la reflexión del por qué ese tipo de texto tiene tanta demanda y aceptación entre la población. Aclaro que no soy partidario de ese tipo de obras, pero que he leído algunas de ellas por diversas circunstancias. El título referido como –por citar sólo dos- ¿Quién se ha llevado mi queso?, o La búsqueda, explotan comercialmente alguna carencia emocional. Estos libros narran historias endebles, frágiles, anticipadas y predecibles, y en ocasiones, mal escritos. Pero no que exigen mayor esfuerzo intelectual por parte del lector.

La razón es simple: su propósito es ofrecer un aprendizaje práctico para la vida (como si ésta fuera un pastel que todos podemos hornear del mismo modo y con el mismo sazón). El lector de este tipo de textos es un lector que no ha encontrado una motivación de vida, que se encuentra en un momento de crisis (de cualquier índole), que es más cercano a las telenovelas que a las novelas, a los versos forzados de Arjona que al propio José Alfredo, a la televisión que a los diarios. El lector de este tipo de textos, muchas veces no ha sido auxiliado para leer otros libros.

También es cierto que en función de lo anterior hay un menosprecio (o desprecio) casi generalizado de los lectores de literatura hacia los lectores anteriores y sus preferencias lectoras (por muy cantinflesco y redundante que parezca esta última frase, así es). Las sentencias lapidarias de “eso no es literatura” resuenan en la cabeza del incipiente lector. En efecto, eso no lo es. Pero es el material que tenían para leer. El primer contacto placentero con la letra impresa, el primer eco a sus problemas (si leyera poesía, por ejemplo, el eco se multiplicaría).

Los libros de superación personal, no son “para jodidos”. Jodidos estamos todos, pero la manera como enfrentamos a nuestros demonios cambia y está condicionada por nuestras lecturas (del mundo y de textos), por el carácter que nos identifica, por las expectativas que nos planteamos.  Los libros de superación personal son un gran negocio, quien los escribe nos muestra que ganó celebridad, fama y dinero a partir de explotar una breve historia y llenarla de “enseñanzas”, de “mensajes”, de vender cuentas de vidrio para hacer gafas rosas.


Hay adultos que comparten y recomiendan estas lecturas a los niños y adolescentes. ¡Vaya manera de asumir responsabilidades!, ¿no sería más efectivo, creíble y contundente hacerles sentir en carne propia que son valiosos, autónomos y todas las virtudes que les dirá cualquiera de los autores del género abordado? Y aquí volvemos a los propósitos: que el libro (ese extraño objeto al que se le confieren tantas y tan positivas virtudes, tantas, que asusta a los lectores) asuma el papel educativo de los hijos, pero no cualquier libro, no. No es lo mismo leer Los Miserables que El monje que vendió su ferrari. El libro que lean, debe complementar los estereotipos televisivos.

Publicado en "La Gualdra", suplemento cultural de La Jornada Zacatecas, septiembre 30 de 2013.

viernes, 1 de noviembre de 2013

Las bibliotecas públicas y los nuevos ayuntamientos

La semana pasada se dieron los cambios de administración en los municipios zacatecanos. Ello, obviamente, propicia una serie de movimientos en la estructura burocrática, dentro de la cual se encuentran las bibliotecas públicas.

En una época en que los municipios se caracterizan por la falta de recursos económicos, la optimización de labores es crucial para el ahorro. Sin embargo, los presidentes municipales, ajenos en su mayoría al quehacer bibliotecario, ven un nicho para pagar favores y cobrar facturas políticas. En este marco se da la movilidad del personal bibliotecario. Llegan nuevos elementos a atender una responsabilidad poco valorada y dimensionada: la facilitación de la lectura y soportes textuales.

Conferida, histórica y culturalmente, a la escuela, la lectura y formación de lectores ha trascendido sus muros, y conquistado espacios públicos fuera del ámbito educativo. Entre ellos las bibliotecas públicas. Éstas son penínsulas en el continente burocrático, que cada trienio pueden ser lugar de naufragios electorales o botín de bucaneros.

De tal manera que cada tres años hay, al menos cincuenta personas a las que hay que capacitar e el ámbito bibliotecario (organización y funcionamiento de una biblioteca pública, catalogación, servicios bibliotecarios, fomento a la lectura, etc.) y trabajadores con los conocimientos en el rubro pasan a otras labores. Por otro lado está el personal que se queda en la institución, personal que en ocasiones siembra con esmero vicios y prácticas nocivas para el servicio y pasa a segundo término. Es lamentable que ese perfil de servidor público se quede en un trabajo tan noble.

Hace años los ayuntamientos hacían un esfuerzo y enviaban a la Biblioteca Central Estatal “Mauricio Magdaleno” al personal de nuevo ingreso para su formación. Ahí, después de un par de días de teoría, pasaban a la práctica, atendían usuarios y se enfrentaban a las vicisitudes propias del trabajo. Eso se dejó de hacer, arrojando como consecuencia que llegaran a asumir el cargo de coordinadores municipales de bibliotecas lectores de nómina, pero no de libros.

¿Y si se ponderara el trabajo bibliotecario en función de metas y objetivos, en función del servicio y valoración de la comunidad por el servicio? (No, no se trata de una réplica de la mal llamada, y perversa, reforma educativa). La Dirección General de Bibliotecas (dgb) del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (conaculta) podría destinar recursos a otros rubros o capacitaciones de otra naturaleza (desde hace años he expresado la necesidad de una formación humanística para el bibliotecario público, y no una meramente técnica).


Lo anterior es sólo un botón de muestra de lo que falta por hacer en bibliotecas públicas. Creo que es momento de redefinir el rumbo y plantearse propósitos alcanzables. En veinte años de servicio he sido testigo de dos visiones al respecto: la de proyectar la biblioteca como institución fundamental y prioritaria para el desarrollo comunitario. Y la del culto a la personalidad de quien está a la cabeza de la(s) biblioteca(s). El primer caso, implica trabajo. El segundo, exhibe lisonjería.

Publicado en "La Gualdra", suplemento cultural de La Jornada Zacatecas, septiembre 23 de 2013.