Eduardo Campech Miranda
Desde hace meses, tal vez un par
de años, que circula por la red un video de un pequeño que recibe, como regalo
de Navidad, un libro. El niño muestra con un berrinche la desilusión causada
por el obsequio. Más allá de la hilaridad que pueda causar la reacción del
pequeño, queda de manifiesto la conducta no lectora de los padres, o de quien
haya decidido qué regalarle.
Si en esa casa se leyera, hubiera
libros, visitaran bibliotecas, librerías, ferias de libros, el niño actuaría
distinto, pero no se haría famoso, no circularía en Youtube, Facebook o correos
electrónicos. Pero recibiría con agrado, y hasta emoción, el libro. El
propósito de quien hizo el regalo supone una buena acción, sin embargo
desafortunada, como invitar unas exquisitas carnitas a alguien con colesterol
alto.
Si hoy piensa ofrecer a algún
niño un libro, cerciórese de considerar algunas cuestiones básicas:
·
La relación cotidiana, libre, que el niño tiene
con los libros. Es decir, si acostumbra leer fuera de la obligatoriedad escolar
y familiar.
·
Los gustos e intereses del presunto lector. Si
éste no le gusta el balompié, por favor, evite darle títulos como El fútbol a sol y sombra o Pateando lunas.
·
Los propósitos que persigue al desear que el
infante lea. A la par de la edad, los intereses lectores, los propósitos
definirán mucho del contacto con el libro y la palabra escrita.
·
Evite cuestionamientos, en torno a la historia,
como si fuese un interrogatorio judicial o ministerial. En caso de que usted
crea que ese método es infalible, no olvide el tehuacán.
·
Si no tiene ni la más mínima idea de lo que la
literatura infantil puede ofrecer, y su universo se circunscribe a los cuentos
de hadas clásicos, los libros de Walt Disney, de personajes de dibujos
animados, entonces la recomendación es que se asesore en una biblioteca pública
o en una librería. En caso de no confiar plenamente en estas dos opciones,
busque por sí mismo reseñas bibliográficas en línea. Recomiendo los blogs, que
tienen libertad de opinión, sin compromisos editoriales.
Publicado en "La Gualdra", suplemento cultural de La Jornada Zacatecas, abril 30 de 2012.
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