Eduardo Campech Miranda
Si alguien quisiera realizar un estudio acerca de la literatura infantil, su oferta y expansión en México, Zacatecas cuenta con dos espacios idóneos para realizarlos: la Sala Infantil de la Biblioteca Pública Central Estatal “Mauricio Magdaleno” y el Centro de Lectura “Amparo Dávila”, ambos en la capital zacatecana.
La primera ha recibido constantes críticas y cuestionamientos de propios y extraños: que son muy pocos libros y los pequeños lectores ya los conocen (Aunque parezca certera esta crítica es ilógica dada la cantidad de títulos que existen en ese espacio y la constante transformación de intereses lectores de los asistentes, que día a día van cambiando con la edad); que el acervo además de tener un sesgo muy marcado hacia la literatura infantil sobre la juvenil, es obsoleto (A esta aseveración puedo responder sí y no. Sí porque los textos de divulgación no están actualizados, algunos de ellos datan de 1980, y en efecto, se presenta el predominio de la literatura infantil sobre la juvenil, la cual encontraremos en mayor presencia en Sala General; y no, porque gran parte de la colección está conformada por literatura, y ésta no es una moda), lo cierto es que la colección de ese espacio bibliotecario ha quedado rezagado con las nuevas tendencias y títulos infantiles y juveniles.
Sin embargo, y en defensa de ese acervo, podemos revalorarlo como una muestra viva de lo que ha sido la literatura infantil y juvenil en nuestro país. En esos estantes encontraremos los primeros esfuerzos editoriales, convocados en el marco de la Feria Internacional del Libro Infantil y Juvenil. Tal es el caso de la colección “Feria”, donde aparecían los trabajos ganadores del certamen convocado por la Secretaría de Educación Pública, los organizadores de la feria y la editorial Océano. Si examinamos los ejemplares y ubicamos su número de adquisición (es decir, el número ascendente con el que fueron integrándose a la biblioteca), encontraremos cómo al inicio de la década del ochenta, del siglo pasado, la oferta bibliográfica llegaba principalmente de España. Como producción nacional tendremos a Fernández Editores y algunas editoriales independientes. No es sino a finales de esa década, cuando el Fondo de Cultura Económica lanza su colección “A la orilla del viento”. Misma que encontraremos en el lugar en cuestión, pero sólo sus primeros cien títulos, a lo sumo. Posteriormente fueron integrándose firmas como SM Editores o Alfaguara.
Por otro lado, el Centro de Lectura “Amparo Dávila”, ubicado en las instalaciones del Núcleo Issstezac de Cultura (nic), es sin lugar a dudas el acervo infantil y juvenil más completo de la entidad. Ahí, con un trabajo mayoritariamente voluntario, Martha Alicia Mejía y su equipo de colaboradoras brindan el servicio de préstamo interno y a domicilio de una colección de libros reciente y variada. Si en el estudio mencionado al principio, sintiera que le falta información con el acervo infantil de la “Mauricio”, en el Centro de Lectura “Amparo Dávila”. Esta literatura puede ser un vehículo excelente para formar(nos) lectores.
Publicado en "La Gualdra", suplemento cultural de La Jornada Zacatecas, 25 de junio de 2011.
Publicado en "La Gualdra", suplemento cultural de La Jornada Zacatecas, 25 de junio de 2011.
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