martes, 5 de junio de 2012

Corre, lee y dile


Eduardo Campech Miranda[1]

En el marco del VIII Encuentro de Problemas de la Enseñanza del Español en México “Dra. Marina Arjona Iglesias”, presenté la ponencia titulada “Del debo escribir con letra bonita, en el pizarrón, al me caga la gente que escribe como P3eENWdeja4Ah! :D, en el facebook”, exponiendo un caso donde los usos sociales del lenguaje (para el caso, las redes sociales) eran ignorados por un docente. Después de la lectura, en la ronda de preguntas y respuestas, una maestra universitaria me preguntaba cómo hacer uso de las tics para formar lectores. Cual candidato presidencial mexicano, el cuestionamiento me tomo indefenso. Podía intuir alguna estrategia, pero ni estaba convencido de su implementación, mucho menos de su resultado. Mis escarceos con el facebook apenas iniciaban.

Mi experiencia con clubes de lectura en línea, se concretaba a dar seguimiento a varios grupos del portal Yahoo!. En esa época me interesaba descubrir qué escribía la población en los grupos y foros virtuales. Me di de alta en un número considerable de ellos, las temáticas eran variadas: desde grupos de fans de algún artista televisivo prefabricado, hasta los de lectura, pasando por recetas de cocina, refranes, intercambios swinger, aspectos metafísicos, religiosos, políticos y de música. Para mi sorpresa dos eran las categorías que aglutinaban el mayor porcentaje de los comentarios y publicaciones: las esotéricas y las pornográficas. Precisamente, en un grupo de esta segunda, había una chica que compartía poemas eróticos, de su propia inspiración, con muy buena manufactura.

Los grupos de lectura y poesía contaban con escasa y distanciada participación, a excepción del llamado Pretextos. Este colectivo me dio la claridad y la enseñanza de cómo se puede moderar un grupo de estas características. En una plataforma virtual y con materiales digitales, la inclusión es parte fundamental. Los miembros son de distinta nacionalidad, hay incluso invidentes. Los comentarios son respetados aún que no sean compartido el punto de vista. Se prohíbe estrictamente publicar temas ajenos a la lectura en cuestión.

Bajo ese esquema, y debido al interés de varios contactos, nació en la red social Facebook, el club de lectura Corre, lee y dile, nombre tomado de una publicación de la Universidad Veracruzana. Apenas vamos en nuestra segunda lectura (Cien años de soledad de García Márquez), pero el abanico de perfiles académicos, de historias de vida, de experiencias, es un vitral que ilustra el proceso de comprensión lectora, y más aún, hace crecer a los lectores.

Ahora veo este grupo como una estrategia para formar lectores, de aprender a leer, de realizar una lectura colectiva y hasta andamiajes. La disciplina será compromiso de cada miembro (disciplina para seguir el cronograma, para no publicar situaciones ajenas, para respetar a los demás miembros). La moneda fue echada al aire, espero que caiga a favor de la lectura. Hasta la próxima.


[1] https://www.facebook.com/Libiuscocco

Publicado en "La Gualdra", suplemento cultural de La Jornada Zacatecas, 28 de mayo de 2012.

1 comentario:

  1. Estoy seguro de que este ciber club de lectura, como fué concebido en su creación, está contribuyendo al fomento de la lectura entre los miembros, y me consta que cada día más gente pide entrar a ese círculo.

    Ciertamente nos ha tocado un momento de revuelo político en que existen eventos que nos distraen de ese objetivo, pretextos que no podemos, empero, ignorar pues tienen su propia importancia.

    ¡Felicidades a tod@s l@s participantes!

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